Diccionario friki

Esta es una entrada un poco rándom. La idea me surgió hace un par de días, cuando redacté la entrada de mi top 5 de parejas seriéfilas, porque recordé una conversación que había tenido una vez con unos amigos (del mundo real, ya me entendéis). Resulta que estábamos hablando precisamente de nuestras parejas favoritas de las series de televisión, yo me vine arriba y empecé con la jerga: que si «yo shippeo mucho a Fulanito y Meganito», que si OTP... Mis amigos me pidieron que les tradujera al cristiano y luego me llamaron flipado.

El caso es que todos usamos a veces ciertos palabros muy especializados que no todo el mundo entiende. Y se me ha ocurrido que de vez en cuando podría explicar el significado de alguno de ellos, porque uno nunca sabe hasta que punto sus lectores están puestos en un tema, y más en un blog misceláneo como este.

Inauguro el diccionario con unas siglas que suelen dar muchos problemas:

OTP: 'One true pairing', que podríamos traducir por algo así como «la pareja auténtica» o, simplemente, «LA pareja». Se refiere a la pareja a la que un fan idolatra dentro de un determinado libro, serie o película. A uno puede gustarle, por ejemplo, la relación de Hermione tanto con Ron como con Harry y no importarle mucho si acaba con uno o con otro. Ahora bien, continuando con el ejemplo, si uno cree que Hermione y Ron están hechos el uno para el otro y que, si uno de los dos muere, el otro debería guardarle luto toda la vida y no volver a amar jamás, entonces estamos ante una OTP. Una OTP es, en definitiva, la pareja que alguien defiende a ultranza dentro de un determinado fandom: están destinados a terminar juntos y no hay discusión posible, incluso aunque dentro del libro o serie en cuestión nunca lleguen a ser pareja.

¿Os ha quedado claro? ¿Conocíais el término friki en cuestión? Si tenéis sugerencias para el diccionario, estoy abierto a ellas.

5 parejas (fuera) de serie

No soy muy de tops, tags y todas esas cosas, pero lo que sí soy es un shipper redomado. Es decir: me encanta hacer parejitas en las series, películas y libros; si no las hacen las creadores, me las invento yo, y si sí las hacen, pues yo aplaudo y fanboyeo, como tiene que ser. Por eso, cuando vi este top en el blog de Lector en el muro, me dije: «esta idea me la apunto». 

Sin más dilación, os dejo con mis cinco parejas favoritas (algunas más reales y otras menos) de las series de televisión:

1. Aidan & Sally, de Being Human (US)

Being human Aidan Sally gif

Mi pareja seriéfila por excelencia. Creo que la razón de que me guste tanto esta relación es que, incluso cuando él es un vampiro atormentado y ella, un espectro intangible, me la creo totalmente. Es muy real. Por una vez, se ve que, antes que cualquier otra cosa, son amigos y se quieren incondicionalmente. Es maravilloso ver pasar los capítulos y encontrarse a Sally animando a Aidan con sus relaciones, dándole consejos y haciendo bromas sobre su vida sexual con total naturalidad, sin que el director de turno ponga música triste y haga un primer plano de los ojos de Sally para demostrarnos que está profundamente enamorada. Los espectadores no somos tontos, y cuando hay química entre una pareja, se nota. Aidan y Sally están maravillosamente guionizados y mejor interpretados todavía, y su química traspasa la pantalla, tanto cuando hacen de amigos que se apoyan incondicionalmente, como cuando parece que hay algo más. Un amor de los de verdad, de los que basan en querer que la otra persona sea feliz.

2. Rory & Jess, de Las chicas Gilmore

Gilmore Girls rory jess gif

Antes de que se asentara el concepto de Team X en cuestión de triángulos amorosos con dos chicos de por medio, el mundo ya se dividía entre los que querían que Rory acabara con Dean, y los que querían que terminara con Jess. Y luego las malas personas con taras psicológicas, que apoyaban a Logan. Yo siempre he sido de Jess, y no me voy a extender demasiado: Rory es inteligente, culta, sarcástica y un poco paradita, así que lo que necesita es un chico que le dé un poco de vidilla y, al mismo tiempo, pueda seguir el ritmo de sus conversaciones, no un pelele cursi que le baile el agua. Jess era el chico ideal para ella, aunque tuviera sus problemillas emocionales y necesitara un tiempo para arreglarlos. De hecho, la serie iba a terminar con ellos dos juntos, pero entraron en juego esas criaturas horribles que son a veces los actores, y que tantas relaciones de ficción han destruido con sus idas y venidas.

3. Kevin & Scotty, de Cinco hermanos

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El mejor ejemplo de un matrimonio bien avenido. Se conocieron y se atrajeron al instante, pero no hubo manera de que sus personalidades encajaran. Maduraron, se convirtieron en niños grandes y volvieron a intentarlo. A partir de ahí, como la seda. Como digo, uno de los matrimonios más sólidos que he visto en televisión, incluso aunque a última hora a los guionistas se les fuera la olla y, queriendo crear algo de tensión, se sacaran de la manga unos cuernos que no venían a cuento y eran totalmente inverosímiles. Fijaos si eran pocos creíbles los cuernos, que dentro de la propia serie, todos los personajes se ponían en plan «imposible, te lo estás inventando» cuando se enteraban de lo que había pasado; un claro mensaje de los guionistas, como diciendo «sabemos que no tiene sentido, pero hay que meter un poco de mierda para subir la audiencia».

4. Cary & Kalinda, de The Good Wife

The good wife Cary Kalinda gif

El repelente Logan que mencionaba antes hablando de Las chicas Gilmore se convirtió en el estirado pero adorable Cary de The Good Wife, y si encima lo juntas con esa diosa que es Kalinda, pues ya tenemos el premio gordo, señores. No nos engañemos, el punto fuerte de esta relación es Kalinda, pero porque ella siempre lo es en cualquier trama en la que la pongas. No obstante, la investigadora favorita de la televisión, es conocida por pasarse por la piedra a todo personaje que aparece en la serie, así que son muchos los candidatos a ser shippeados con ella. ¿Y por qué Cary, entonces? Pues porque él sabe darnos ese punto de «me dejo engañar por Kalinda porque estoy enamorado perdido, pero le doy caña cuando se pasa y hago que se disculpe por ser una zorra egoísta». Encajar con un personaje tan complicado como Kalinda es difícil, y creo que Cary ha encontrado el equilibrio, y forman una pareja monísima, al margen de que en la serie sean pareja, no lo sean o no lo sepan ni los guionistas.

5. Nancy & Andy, de Weeds

Weeds Nancy Andy gif

Para mi gusto, una de las no-parejas mejor llevadas de la televisión. La serie tiene sus altibajos, pero la relación de estos dos es impecable. Otras series han jugado mucho con la tensión de «estos personajes se liarán..., algún día. O no». Bones, Castle, The Killing..., hay muchas series que han usado este recurso mejor o peor, pero en Weeds lo bordan. Las temporadas pasan, los personajes van y vienen, pero el evidente cuelgue de Andy por Nancy y lo que quiera que esta sienta por él siguen ahí, aunque rara vez se mencionan explícitamente. Y esto da lugar a dos de las escenas más potentes de la serie, precisamente en el penúltimo y último episodios de la misma. Porque los amores imposibles, no correspondidos o, sencillamente, desincronizados, también tienen tienen mucha ciencia y hay que saber llevarlos, no basta con crear un poco de tensión durante las temporadas y tener al espectador esperando a que se líen de una vez.

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Algún día prometo volver con una entrega de parejas de cine y literatura también...

Bueno, ¿y vosotros qué? ¿Shippeáis mucho en las series?

Soy 'Divergente' (o algo así)

Todo el mundo sabe que uno es más feliz cuando vive en la ignorancia. El equivalente cinematográfico de esto vendría a ser que uno siempre disfruta más del cine cuando entra en la sala sin expectativas de ningún tipo. Eso es, afortunadamente, lo que me ha sucedido con el último bombazo del cine juvenil (adaptación del último bombazo de la literatura juvenil).

No he leído la trilogía en que se basan las películas, y de momento no creo que vaya a hacerlo, porque aunque todo el mundo dice que es muy recomendable, no acaba de ser mi estilo de lectura. Ahora bien, como película de dos horas (y pico), me vale.

Como digo, precisamente por aquello de no ser lector de la saga literaria, por una vez podía ir al cine libre de esos agobios que todo lector tiene en estos casos: «¿habrán quitado aquella escena tan bonita en la que...?», «¿le restarán protagonismo a mi secundario preferido?», «espero que no hagan que la protagonista parezca la típica idiota hiperdependiente del chico guapo». Y, quizás gracias a eso, he podido disfrutar mucho de esta película.

Crítica película Divergente distopía

Para quien no sepa de qué va la cosa, Divergente nos habla de un futuro distópico en el que la sociedad está organizada mediante un férreo sistema de castas que, en teoría, están sujetas a la personalidad de cada individuo. Nuestra adolescente protagonista pertenece por nacimiento al grupo de los aburridos: Abnegación. Sin embargo, cuando le llega el momento de escoger si se queda para siempre en esa casta (con su familia) o cree que encaja mejor en otra, se vuelve to' loca y se va con la gente guay (y un poco violenta de más, para qué engañarnos) de Osadía.

Oh, sí, y un momento antes de escoger Osadía descubre a través de una especie de test de aptitud (mucho más efectivo que el que llevan a cabo en los institutos de nuestro mundo) que en realidad ella es divergente. Y eso es malo, muy malo, porque la estricta sociedad en la que vive teme a los divergentes, y por eso son perseguidos.

Y hasta aquí puedo revelar. A partir de este momento, comienza la parte guay que ya os podéis imaginar, con sus combates, su guaperas sexy pero vulnerable y los modelitos ajustados e imposibles que se calzan últimamente en todas las películas de este tipo.

Crítica película DivergenteLa película, como os digo, está muy bien; al menos, a mí no me aburrió ni un solo segundo durante las dos horas y pico que dura, y creedme que eso tiene mérito, porque soy uno de los mayores defensores del cine de 90 minutos. Sobre si es una buena adaptación o no, eso tendréis que decirlo los lectores, que seguro que sois la mayoría; yo fui al cine con una amiga que se había leído la trilogía, y no despotricó nada a la salida, así que supongo que eso es indicio de que está más o menos bien adaptada.

Los actores, correctitos, pero sin más. Shailene Woodley es una chica con mucho encanto en pantalla, incluso aunque la estén quemando de tanto exponerla (curiosamente, lo mismo que le pasa a otra compañera distópica: Jennifer Lawrence). Una buena prueba de lo mucho que la están quemando los de Hollywood es una secuencia en la que ella está sola con Theo James, Miles Teller y Ansel Elgort y un servidor, que para esto tiene muy mala baba, no puede evitar comentar: «a uno se lo tira en esta película, a otro se lo zumbó en la última que hizo antes de esta, y al otro se lo va a trajinar en la que saca el mes que viene».

Hollywood, ese lugar de trabajo taaaaan duro para una chica joven.

Y sobre Divergente, que de eso va la entrada...


Para mí es un 8


The Americans, T2

Esta última semana he tenido el blog abandonadillo por la carga loca de trabajo que implica el final de curso, pero ya vuelvo a ser libre para darle un poco de vidilla. Voy a empezar haciendo un breve repaso (libre de spoilers) de lo que ha sido la segunda temporada de The Americans. La idea de hacerlo surgió de la enésima vez en que leí la pregunta del millón: «me encanta Homeland, ¿merece la pena que le dé una oportunidad a The Americans?». ¿Cuántas veces se hace esta pregunta al cabo del día? Es curioso, pero es algo que lleva siendo así desde que se estrenó la serie, con esa cabecera que, efectivamente, sí que recuerda bastante a la de Homeland.

Si no conoces The Americans, solo te diré dos cosas: 1) te lo estás perdiendo, eh, te lo estás perdiendo, ¿me oyes? Que las temporadas pasan y tú te lo pierdes. Te lo estás perdiendo; y 2) se parece a Homeland lo mismo que mi madre a Scarlett Johansson. Tanto mi madre como la musa del cine que podría desatascar desagües con sus labios comparten un rasgo esencial: son mujeres. Pues bien, The Americans, al igual que Homeland, es una serie de espías. Fin de la similitudes.

De hecho, si queréis mi opinión totalmente subjetiva, después de haber visto la tercera temporada de una y la segunda de otra, creo que The Americans está ahora mismo en un momento mucho, mucho mejor. Pero no me hagáis mucho caso, porque soy de los que se aburrieron como una ostra con la tercera entrega de las aventuras de Carrie 'Locadeloshuevos' Mathison, y sé que a muchos otros fans les ha parecido una temporada igual de buena que las anteriores.


Volviendo a la serie que nos ocupa, de su primera temporada se dijeron casi tantas cosas buenas como malas. Que los actores estaban correctos, que el guion era sólido, que el tema era interesante y que la ambientación ochentera estaba muy bien conseguida sin caer en las típicas extravagancias en las que suelen incurrir las ficciones que se ambientan en este periodo. No obstante, también se la tachó de ser demasiado fría, de no conectar emocionalmente con el espectador. En resumen: correcta a nivel técnico, pero fría en sentimiento.

Vaya por delante que yo jamás entendí estas críticas. Sin ser la serie más emocional del mundo, la supuestamente poco expresiva Keri Russell me resulta mucho más entrañable en su papel de femme fatale que Claire Danes haciendo pucheros, pero imagino que ahí entran los gustos personales sobre estilos de interpretación.


Sea como fuere, esta segunda temporada, The Americans parece haber sabido escuchar las críticas y aprender de ellas, lo que habla mucho en su favor. Y es que en esta segunda tanda de episodios hemos tenido mucha más emoción, calidez y, sobre todo, se ha hecho más énfasis (aunque ya existía en la primera, ojo) en la dimensión humana del conflicto. Lo importante no son las peripecias de una pareja de espías en plena Guerra Fría: son las peripecias de un matrimonio con hijos en plena Guerra Fría. No son robots, después de todo, sino seres humanos, por muy espías que sean.

Esta segunda temporada ha tratado de explotar eso, dándole también más papel a los hijos. Y en mi opinión, han acertado plenamente, porque no solo los personajes han ganado en profundidad, sino que el propio argumento de la serie resulta más emocionante. Por otro lado, con la trama de Nina y el agente Beeman también han buscado un toque más humano, más personal, y de nuevo les ha salido bien.

En resumen, para mí, esta segunda temporada ha sido mucho mejor que la primera, que ya me parecía buena de por sí. Hay más acción, más intriga, más tensión, y todo ello lo han conseguido explotando la humanidad de los personajes. No deja de resultar curioso como, mostrándonos lo vulnerables que pueden llegar a ser unos y otros, consiguen hacer que la trama de espionaje sea más emocionante.

Y el final es muy bueno, de los que a mí me gustan: cierran las tramas principales de la temporada, pero al mismo tiempo plantan las bases para una tercera temporada potente.

Si no habéis visto la segunda temporada, os recomiendo que os pongáis con ella pronto. Y si ni siquiera habéis visto la primera, mandad a la mierda a la loca de Carrie y concededle una oportunidad a Elizabeth.